Deja que yo te cuente de Bola

Texto:  Juan Piñera Foto Portada: Juan Heredero

Esperábamos, todos ansiosos, el primer Sábado del Libro de octubre, la presentación de un libro que, ya es fundamental no sólo para el conocimiento de un protagonista de nuestra cultura, Ignacio Jacinto Villa Fernández, Bola de Nieve, sino, y más bien, para el pleno conocimiento de la sensibilidad y naturaleza de los cubanos.   

 

  Nos estamos refiriendo a Deja que yo te cuente de Bola, del periodista y hombre de la radio Ramón Fajardo Estrada.

 

  Y aunque este texto ya había tenido una primera edición en Dos Mil Cinco, conocíamos de que había sido ampliado pacientemente por su autor, artista meticuloso e incansable de la información.

 

  Estas dos condiciones hacen de Ramón Fajardo, un hombre singular en nuestro acontecer diario que, sin ellas, no hubiéramos tenido el placer de leer libros como Rita Montaner: testimonio de una época (Premio Casa de las Américas y Premio Nacional de la Crítica Mil 997); Yo seré la tentación: María de los Ángeles Santana y, por supuesto, Déjame que yo te cuente de Bola.

 

  Hemos de agradecer por siempre, al Instituto Cubano del Libro y, en particular, a la Editorial Oriente, la reedición de este último título en un momento tan oportuno y de una manera decididamente espléndida.

 

  ¡Al fin Bola Tiene su libro!, según palabras de Reinaldo González en Retrato y Pálpito de Bola de Nieve, quien también presentó Deja que yo te cuente de Bola, de Ramón Fajardo, en este  último Sábado del Libro, definen la trascendencia y belleza del texto y su correlación con la vida y la obra del artista biografiado.

 

  Porque, estamos casi seguros que el propio Ignacio Villa, nunca supo tantas cosas de sí como todas las que descubrió y nos hizo descubrir Ramón Fajardo en Deja que yo te cuente de Bola.

Esta es la magia que todo buen libro debe tener pues, develándonos documentadamente misterios de este artista, su simple lectura, nos atrapa en un vertiginoso y muy disfrutable de principio a fin.

 

Agradecemos a todos los que trabajaron a favor de Deja que yo te cuente de Bola, en especial por el diseño muy mejorado con respecto a la edición príncipe, de Marta Mosquera y la composición digitalizada de Abel Sánchez Medina.     

 

Gracias a ellos y a la editora Asela Suárez en su esmero, hemos tenido una edición de lujo sin ser ésta precisamente de lujo, pues se suman generosamente al pensamiento de Ramón Fajardo Estrada.

 

No instamos a leer el libro, pues sabemos que a la vez que exista un lector, su lectura es la mejor propaganda posible y, más temprano que tarde será un libro de cabecera para muchos.

 

Libro de cabecera y de consulta, ¡extraña y real combinación! que posee Deja que yo te cuente de Bola, de Ramón Fajardo.

 


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